Vuelve el «servicio militar» para jóvenes de 18 a 24 años
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció el regreso del controvertido Servicio Cívico en Valores, una iniciativa que ya había impulsado durante la presidencia de Mauricio Macri. El programa, que había sido eliminado por el gobierno de Alberto Fernández, será retomado con el apoyo del Ministerio de Capital Humano y la Gendarmería Nacional, apuntando a jóvenes de 18 a 24 años que no estudian ni trabajan.
«Vamos a sacar a los jóvenes de las calles y alejarlos del delito y la droga. Les brindaremos formación en disciplina, respeto y valores», afirmó Bullrich a través de sus redes sociales, donde compartió imágenes del convenio firmado con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
El Servicio Cívico, que funcionará en 11 ciudades del país, se implementará a través de la Subsecretaría de Empleo y Formación Laboral. Según detallaron desde el Ministerio de Seguridad, los jóvenes seleccionados serán orientados hacia oportunidades educativas y laborales, con prioridad para quienes vivan cerca de las sedes del programa.
El proyecto original, creado en 2019 mediante la resolución 598/2019, estaba dirigido a jóvenes de 16 a 20 años y se presentaba como un espacio de cohesión social. En su momento, Bullrich negó que se tratara de una «nueva colimba» y aseguró que el personal de Gendarmería trabajaría sin armas y que la participación sería voluntaria.
Sin embargo, el programa enfrentó una fuerte oposición de sectores políticos, sociales y de derechos humanos, quienes cuestionaron el rol de las fuerzas de seguridad en la formación de jóvenes.
Un regreso polémico
El relanzamiento del Servicio Cívico ha reavivado el debate sobre su impacto en la inclusión juvenil. Para Bullrich, el programa representa una «alternativa concreta» para que los jóvenes retomen sus estudios y accedan al mercado laboral. Sin embargo, críticos del proyecto señalan que la iniciativa estigmatiza a los jóvenes en situación de vulnerabilidad al asociarlos con el delito y la droga.
Durante su primera implementación, 1.200 jóvenes se inscribieron en el programa, aunque no se presentaron resultados claros sobre su efectividad. Ahora, el desafío será garantizar que esta nueva etapa del Servicio Cívico logre sus objetivos sin repetir los cuestionamientos que marcaron su lanzamiento inicial.
Por su parte, la ministra Sandra Pettovello destacó que el proyecto busca «brindar oportunidades reales» a quienes más lo necesitan, mientras que desde organismos de derechos humanos anticiparon que analizarán su implementación para garantizar que se respeten los derechos de los participantes.