Llevaron a un joven con discapacidad a una sanadora y afirma que lo hizo volver a caminar
Se trata del hijo del dueño de la «Bicicleteria Ariel», Ian Ávalos de 17 años, quien fue llevado al lugar por sus niñeras.
Una mujer llamada la «sanadora del Rosario» y líder del grupo religioso Soplo de Dios Vivo, se hizo conocida en Argentina por los milagros que concede a sus feligreses. La mujer de 44 años nació en Rosario y el fin de semana estuvo en Sáenz Peña, en el Estadio Arena UNCAus, donde ofreció un espectáculo religioso de música y oración.
En ese contexto, numerosas personas asistieron a dicho recital, y luego de eso, la sanadora hizo una oración e imposición de manos para todas aquellas personas que estaban pasando por alguna enfermedad.
Una de esas personas fue Ian, el hijo del conocido comerciante saenzpeñense Ariel Ávalos, que hace 17 años tiene Trastornos Generalizados del Desarrollo. «Ian nunca había caminado y tuvimos la oportunidad de llevarlo a ver a Leda, la sanadora de Rosario», explicó.
Explicó que «el día viernes en el Estadio UNCAus, después de un recital muy lindo, muy atrapante, en la última canción, Leda dice que a todos aquellos que tengan dificultades o pedidos especiales que se arrimen al escenario, para orar. Pero nosotros no pudimos acercarnos porque mi hijo estaba en silla de ruedas. Cuando se retiraba Leda, las niñeras de Ian pudieron acercarse a ella, para que le haga la imposición de manos a Ian, porque a eso habíamos ido».
Las niñeras consiguieron que la «sanadora» le impusiera las manos a Ian. «Le hizo una imposición de manos bastante larga, es más, se desvaneció y cayó al suelo. Luego de eso, cerca de la medianoche, nos volvimos con Ian a la casa, y al otro día, cuando fui a la hora del almuerzo a ver cómo estaba, me dijo Raquel, su niñera, que caminaba», señaló Ariel Ávalos.
«Nosotros estábamos contentos porque obtuvimos la imposición de manos, que era lo que fuimos a buscar», dijo Ávalos, al tiempo que consideró la recuperación de su hijo como «un milagro».
«Fui a verlo y lo vi caminando; también bailé con él», dijo emocionado Ávalos al relatar toda la historia de su hijo a partir de su encuentro con la sanadora.
Respecto a la parte médica, dijo que siempre hicieron «todo el esfuerzo necesario para que él mejore, y ese es el esfuerzo de toda la familia. Ian tiene implante de células madre, kinesiología desde siempre, varias operaciones, y que de un día para el otro camine es una cosa que no tiene ninguna explicación lógica», señaló.
Como padre dijo Ariel Avalos que estaba muy feliz, «es muy difícil de explicar la situación porque por suerte me tocó a mí, lo que espero es que mucha gente vea esta historia y no pierda las esperanzas y que a veces los esfuerzos cuestan mucho pero dan resultados. No tiene ninguna explicación lógica, yo sé que no soy fácil de quedarme sin palabras y realmente no sé cómo explicarlo, lo que sí sé es que es una alegría inmensa».