Inflación de alimentos: en Argentina es 4,6 veces más alta que en América Latina
La “inflación de alimentos”, iniciada en 2021 y agudizada a partir de la invasión rusa y la guerra en Ucrania, es un fenómeno mundial. La FAO, la agencia de Naciones Unidas sobre Agricultura y Alimentación, que releva regularmente una canasta que incluye carnes, lácteos, aceites, granos y azúcar, precisó al respecto que en los primeros cinco meses del año el precio de ese conjunto de bienes aumentó a un ritmo del 3,3% mensual, mucho más que lo observado en igual período de 2021 (1,7%) y 2020 (0,6%).
Además, FAO precisó que todos los bienes incluidos en la canasta están aumentando más rápidamente que en los años previos, con la sola excepción del azúcar, y que los que más aumentan son los aceites (5,1% mensual) y los cereales (4,3%).
Así, el ritmo de la “inflación de alimentos” argentina en lo que va de 2022 es 4,6 veces superior al de sus pares regionales, e incluso la del año pasado era más del doble que la que actualmente tienen los otros 10 países analizados.
Según el estudio del economista Juan Manuel Garzón, del Ieral de la Fundación Mediterránea, profundizó el análisis para 11 países de América Latina: la Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Perú, México, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Bolivia a efectos de observar el ritmo de la “inflación de alimentos” en la región y comparar el caso argentino con el de los otros 10 países.
Además, el estudio se focalizó en el rubro “Alimentos y Bebidas no Alcohólicas” de los índices de inflación que reportan las agencias oficiales de estadística de los países, aunque debió limitarse al primer cuatrimestre, ya que algunos países (como la Argentina) todavía no informaron los datos de mayo. El análisis de Garzón abarcó así carnes, lácteos, aceites, harinas, panificados y también frutas y hortalizas.
Según Garzón, una serie de factores internos agravan en la Argentina la presión sobre precios de un contexto externo que para un país exportador neto de commodities alimenticias es favorable. Esos factores son una base de inflación ya muy alta y debilidades en todos los frentes macro, a saber:
-Fiscales, con un gasto público que crece en términos reales, déficit primario y riesgo país muy elevado);
-Monetarias, con agregados que crecen por encima del 50% interanual.
-Cambiarias, con aceleración de la tasa de devaluación, en un mercado desdoblado, con restricciones múltiples, que genera distorsiones y malos incentivos.
-Políticas, reflejadas -escribe Garzón- en la “evidente dificultad de una coalición de gobierno debilitada y en disgregación de aplicar con cierta chance de éxito un programa de estabilización”.