Horror En Córdoba
La Desgarradora Confesión De Un Testigo Por La Muerte De La Niña Que Era Abusada
Aralí Vivas fue hallada sin vida tras un incendio en su hogar, y las pruebas revelan signos de abuso. Su madre, padrastro y un amigo de él están detenidos.
La muerte de Aralí Vivas, una niña de 8 años hallada sin vida tras un incendio en su hogar en Brinkmann, Córdoba, conmocionó a la comunidad.El fiscal Oscar Gieco, quien subroga la Fiscalía de Instrucción de Morteros, informó un dato estremecedor: uno de los imputados en el caso confesó espontáneamente que «era costumbre abusar de esa niña». Las declaraciones, realizadas frente a tres policías durante su arresto, arrojan luz sobre la gravedad del entorno en el que vivía la menor.
El padrastro de Aralí, Ezequiel Simeone, de 33 años, junto a Cristian Hernán Varela, un amigo de 40 años, están imputados como coautores del crimen, mientras que la madre de la niña, Rocío Milagros Rauch, es considerada partícipe necesaria. Según el informe forense, Aralí sufrió un traumatismo craneal, y el abuso fue confirmado durante la autopsia, que descartó la muerte por inhalación de humo.
Durante casi 14 horas, dos hermanos menores convivieron con el cuerpo de Aralí en la vivienda. Uno de ellos relató que intentó despertarla sin éxito, pensando que estaba dormida. Betiana, prima de la madre y actual cuidadora de los hermanos de Aralí, informó que los niños están en buen estado y bien contenidos tras este trágico suceso.
La secuencia de los hechos pudo reconstruirse gracias a las cámaras de seguridad. Varela llegó en bicicleta a la casa de Simeone el viernes por la noche y, tras varias idas y vueltas, el padrastro regresó al hogar en la madrugada del sábado. Pasado el mediodía, Simeone fue visto saliendo con los hermanos de Aralí hacia una plaza cercana, y poco después se reportó un incendio en la vivienda. Los bomberos llegaron en minutos y, al inspeccionar, encontraron el cuerpo sin vida de la niña.
Los vecinos cuestionan la actuación de la UDER de San Francisco, que permitió que Aralí y sus hermanos regresaran al hogar de su madre, pese a advertencias previas sobre un entorno familiar peligroso.