En su declaración Lázaro Báez dijo ser «víctima de una campaña atroz»
El detenido empresario Lázaro Báez sostuvo hoy que el gobierno de Mauricio Macri lo presionó para que acusara a la ex presidenta Cristina Kirchner y que admitiera ser testaferro de sus bienes, con el fin de «atacar al modelo de país que imaginó Néstor», al prestar declaración indagatoria en el juicio en su contra por supuesto «lavado de activos».
El dueño de «Austral Construcciones» negó haber sido testaferro del fallecido ex presidente y aludió a una «encerrona» armada en su contra para que se convirtiera en arrepentido e involucrara a la familia Kirchner en los delitos de lavado de activos por los que ahora está preso y es juzgado.
El empresario procesado declaró que fue «utilizado» en «una campaña atroz» para «deshornar» a su familia, y «de un modo elíptico a la familia del ex presidente Néstor Kirchner».
La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) «manipuló a todo el sistema» en un «esquema perverso», dirigido por «el propio presidente Mauricio Macri», dijo.
En ese contexto, aludió a presuntos ofrecimientos para convertirse en arrepentido a cambio de quedar libre, recuperar parte de sus bienes y dejar a sus cuatro hijos fuera de las acusaciones si se decía testaferro de los Kirchner, algo que no aceptó.
«Fui, soy y seré amigo de Néstor Kirchner, fue un vínculo con mucha anterioridad a que se convirtiera en un político trascendente. Esto no quiere decir bajo ningún concepto que yo fuera su testaferro, ni de él ni de su familia», afirmó el dueño de «Austral Construcciones», preso en esta causa desde hace casi cuatro años.
«Me permito en esta oportunidad negarlo enfática y categóricamente», agregó.
Báez prestaba declaración indagatoria ante el Tribunal Oral Federal 4 que lo juzga junto a sus cuatro hijos por el presunto lavado de unos 60 millones de dólares producto de sus negocios con la obra pública nacional en el kirchnerismo.
Por primera vez desde el inicio del debate en los tribunales de Retiro aceptó hablar ante los jueces, aunque anticipó que no responderá preguntas en esta ocasión.
Báez denunció que sufrió «todo tipo de aprietes para culpar a la señora Cristina Kirchner y a su gobierno», entre ellos, una oferta de la AFI para convertirse en arrepentido a cambio de ser liberado y que sus hijos no tuvieran problemas.
«Fui detenido injustamente y toda la familia Báez perseguida. Fui acosado por el servicio de inteligencia, que hizo aprietes para que involucre a Cristina Fernández», sostuvo.
En su exposición, apuntó a jueces, fiscales, periodistas y funcionarios del macrismo.
«Fui utilizado, con sólo decir Lázaro ya se sabe de quién se habla; convirtieron mi nombre en sinónimo coloquial de la palabra testaferro», se quejó.