Desastres socionaturales: una nueva mirada al impacto del cambio climático
El climatólogo brasileño Jander Barbosa Monteiro visita la UNNE y compartió en una entrevista con Punto UNNE sus conocimientos sobre eventos extremos y la importancia de considerar la vulnerabilidad social en el análisis de los desastres naturales. Se refirió también a las variantes “Modoki” de los fenómenos El Niño y La Niña, que podrían ocurrir con mayor frecuencia en los próximos años.
El doctor Jander Barbosa Monteiro, climatólogo brasileño, visitó el Instituto de Geografía de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) como parte de un intercambio académico. Durante dos semanas, Barbosa Monteiro brindó cursos, conferencias y reuniones con grupos de investigación, aportando sus conocimientos en temas relacionados con la Climatología Geográfica, como Crisis Climática, Desastres Naturales, Eventos Extremos, Riesgo y Vulnerabilidad.
Proveniente de Ceará, un estado del noreste de Brasil con clima semiárido, el doctor Barbosa Monteiro es docente investigador de la Universidade Estadual do Vale do Acaraú (UVA). Ha estado investigando en los últimos años los eventos extremos de precipitaciones en todo el territorio brasileño. Una de sus herramientas de estudio es una técnica estadística de su autoría que le permite analizar este tipo de eventos.
En la entrevista brindada a Punto UNNE, Barbosa Monteiro destacó la importancia de utilizar el término “desastre socionatural en lugar de “desastre natural”, ya que la sociedad desempeña un papel fundamental en este proceso. Según el climatólogo, para que se produzca un desastre socionatural, se deben considerar dos elementos clave: la amenaza, como un evento extremo de lluvia, y la vulnerabilidad social de la población afectada.
Barbosa Monteiro hizo referencia al Emergency Events Database (EM-DAT) de la Universidad de Lovaina en Bélgica, que utiliza una metodología operativa para clasificar un desastre socio-natural. Esta base de datos emplea cuatro criterios, y basta con que se cumpla uno de ellos para considerar una situación como un desastre socionatural. Los cuatro criterios son: 10 o más víctimas fatales; 100 o más afectados; situación de emergencia y solicitud de asistencia internacional.
Con respecto a las recientes lluvias torrenciales que azotaron el sur de Brasil, particularmente en Rio Grande do Sur, el climatólogo explicó que ya se habían registrado eventos similares en la ciudad de Porto Alegre. Además señaló que la situación atmosférica actual en la región sur de Brasil, con una vaguada o corriente de vientos que mantiene la inestabilidad y la humedad proveniente de la Amazonía, sumada a una ola de calor en la parte central del país que impide el avance de un frente frío, confluyeron para generar este temporal catastrófico.
Barbosa Monteiro remarcó la importancia de analizar los componentes de vulnerabilidad para prevenir desastres climáticos, además de considerar los eventos extremos y las condiciones atmosféricas. Asimismo, hizo un llamado a tomar medidas de mitigación y adaptación ante lo que él denomina “crisis climática” o “emergencia climática”, implementando acciones a corto, mediano y largo plazo, desde sistemas de alerta y zonificación ambiental hasta la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En cuanto a los registros estadísticos de lluvias torrenciales, el climatólogo explicó que son más de naturaleza probabilística que determinista, lo que dificulta identificar ciclos específicos. Sin embargo, mencionó que fenómenos como El Niño y La Niña pueden proporcionar referencias estimativas sobre la ocurrencia de acumulados de lluvia extrema. Barbosa Monteiro destacó que está analizando la hipótesis de que estos fenómenos están cambiando, como el caso del “Niño Modoki” y la “Niña Modoki”, que podrían ocurrir con mayor frecuencia en los próximos años.
Modoki
Modoki es un término japonés que significa “similar, pero algo diferente”. ¿Por qué estarían siendo distintos los fenómenos de El Niño y La Niña? Para Barbosa Monteiro este Niño Modoki (aunque se caracteriza por tener anomalías positivas de temperatura, por encima de lo normal) tiene algunas temperaturas más bajas en sus flancos e intuye que tienen una influencia decisiva en el complejo sistema climático. Lo mismo ocurre con La Niña Modoki (anomalías negativas de temperatura en el Océano Pacífico). “Algunos investigadores sostienen que estos tipos Modoki, pueden ocurrir en los próximos años con mayor frecuencia”.
Durante su estadía en la UNNE, el doctor Barbosa Monteiro tuvo la oportunidad de analizar los datos de lluvia de la ciudad de Resistencia con la técnica estadística que desarrolló. Según adelantó, invitará a la directora del Instituto de Geografía, Patricia Snaider, a escribir un artículo científico conjunto sobre el tema. Particularmente, le llamó la atención un registro ocurrido en 2019, que es el mayor de la serie histórica, así como un evento del mes de junio de los últimos años, justamente porque se desarrolla durante la estación invernal, la menos lluviosa.
En su reflexión final, Barbosa Monteiro destacó la necesidad de un trabajo conjunto entre climatólogos y profesionales de otras áreas, como urbanistas, ambientalistas, sociólogos y médicos, para abordar de manera adecuada los desafíos climáticos actuales. Según el climatólogo, esta colaboración interdisciplinaria permitirá utilizar metodologías más adecuadas al contexto y promover un cambio de actitud en la sociedad para superar las situaciones extremas que se puedan presentar similares a la ocurrida en el sur de Brasil.