Denuncia contra Alberto Fernández: el escándalo crece y Fabiola Yáñez prepara nuevas pruebas
El expresidente enfrenta la soledad tras la filtración de imágenes y chats violentos, mientras el Gobierno y sus aliados toman distancia.
La noche del jueves marcó un punto de quiebre en la vida del expresidente Alberto Fernández. La estrategia de acompañamiento emocional que sus allegados del peronismo porteño habían organizado se derrumbó, dejándolo aún más aislado. Los miembros de su círculo cercano, que lo visitaban regularmente en medio del escándalo por la denuncia de Fabiola Yáñez, decidieron cortar contacto. La situación se agravó tras la difusión de fotos y chats que mostraban escenas de violencia, junto con videos filmados por él mismo en la Casa Rosada con Tamara Pettinato, lo que creó un vacío y un silencio abrumador a su alrededor.
Desde su departamento en el edificio River View, Fernández pasó la noche con las luces encendidas, solo, acompañado únicamente por su custodia, su medio hermano, y su perro Dylan. Ni siquiera Enrique Albistur, propietario del departamento y amigo cercano, estuvo presente, eligiendo mantener su viaje a La Rioja en lugar de apoyarlo.
El escándalo no solo ha afectado a Fernández, sino que también ha generado conmoción dentro del Gobierno y el kirchnerismo. La preocupación escaló a un nuevo nivel con la filtración de los chats y el video en el despacho presidencial. La vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner rompió su silencio con un duro comunicado, condenando las imágenes de Yáñez con hematomas y los detalles revelados en los mensajes. «Las fotos de la Sra. Fabiola Yáñez con hematomas en su cuerpo y rostro, junto a los chats publicados, no solo muestran la golpiza recibida, sino que delatan los aspectos más sórdidos y oscuros de la condición humana», expresó.
El impacto también se sintió en otros sectores del oficialismo. Axel Kicillof declaró estar «en shock», y Sergio Massa suspendió un acto del Frente Renovador en Sierra de la Ventana, citando «razones logísticas».
LA CAUSA JUDICIAL
El jueves, la abogada de Fabiola Yañez, Mariana Gallego, presentó su ingreso al caso ante el fiscal Carlos Rívolo. Gallego viajó a España para acompañar a la exprimera dama en su declaración por videoconferencia, prevista para el lunes. Este cambio de representación legal se produjo tras la desconfianza de Yañez hacia su anterior abogado, Juan Pablo Fioribello.
Mientras tanto, el entorno de Fernández enfrenta la incertidumbre y el temor a ser llamados como testigos.
TESTIGOS Y ENCUBRIMIENTO
La causa judicial involucra a numerosos funcionarios que podrían ser llamados a testificar sobre incidentes de violencia. Un episodio ocurrido en octubre del año pasado en la Quinta de Olivos, donde se escucharon gritos e insultos entre Fernández y Yáñez, es solo un ejemplo de los eventos que ahora salen a la luz. Empleados y testigos han descrito cómo el expresidente intentó forzar a Yáñez a entrar en la casa, lo que generó desconcierto entre los presentes.
Dos ex funcionarias clave, María Cantero, histórica secretaria de Fernández, y la ex ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelen Mazzina, podrían enfrentar un compromiso moral o legal en esta causa. Yañez declaró que Cantero la instaba a tener paciencia y a no revelar sus conversaciones. Además, relató que Mazzina, pese a haber sido informada de la situación, no tomó acción alguna.