Inundaciones en Brasil: los motivos de una de las peores catástrofes climáticas del país
Las inundaciones que azotan a Brasil desde hace varios días se pueden explicar con causas directas aunque también indirectas: las primeras serían las grandes tormentas que han caído sobre un vasto territorio del gigante sudamericano. Las segundas, el cambio climático y la tala indiscriminada del Amazonas.
Las tormentas de las últimas jornadas han generado de las peores catástrofes en Brasil de su historia, con miles de desplazados, lugares enteros inundados y pura desolación.
A esta altura, el 80% del Estado Rio Grande do Sul está bajo el agua. Desde el pasado 30 de abril que se registran estas masas enormes de agua arrastrándolo todo.
La catástrofe en Brasil
El principal río del Estado, Guaíba, producto de las crecidas, llegó a alcanzar los 5,3 metros, lo que significa el nivel más alto de su historia.
Por este motivo, el agua llegó a cubrir ciudades enteras, con sus infraestructuras y aeropuertos, complicando y en algunos casos imposibilitando las labores de rescate.
A su vez, las lluvias han dejado al borde del colapso a 18 represas, siendo seis de ellas las más afectadas.
Cambio climático, el principal motivo del drama
Sabido es que el cambio climático y el efecto invernadero genera una serie de complicaciones que repercuten en el tiempo.
Desde temperaturas extremas (altas o bajas) hasta inundaciones como las que están sucediendo, el drama del cambio climático está dado en Brasil principalmente por las deforestaciones de uno de los principales pulmones del mundo: el Amazonas.
A todo este cambio climático se le suma un debilitamiento en las normativas ambientales en Brasil. Pese a ello, las autoridades han flexibilizado ciertas normativas contra la deforestación, aunque quizá ya sea demasiado tarde.
En el caso puntual del Estado Rio Grande do Soul, el gobernador Eduardo Leite presentó en el año 2019 un proyecto de código ambiental que buscaba reducir las exigencias medioambientales a las empresas.
Además, el desarrollo urbanístico de ciudades tales como Porto Alegre (la capital de Rio Grande do Soul) también ha contribuido negativamente en esta realidad brasileña.