Los países de la región empezaron a cerrarse por el aumento de casos y el Gobierno teme que haya un rebrote
Varios países de la región comenzaron a sufrir las consecuencias de una segunda ola de contagios de coronavirus. En algunos casos, la situación es más compleja que la registrada en los primeros meses del inicio del brote y por eso sus autoridades empezaron a adoptar medidas extremas que hasta el momento habían evitado.
El caso emblemático es el de Uruguay. Su gestión de la pandemia apelando a la responsabilidad ciudadana y sin grandes medidas restrictivas era valoradas hasta hace muy pocas semanas como un caso exitoso en la región. Sin embargo, las condiciones cambiaron drásticamente y un aceleramiento en la curva de contagios obligó al presidente Luis Lacalle Pou a adoptar otro tipo de políticas.
El miércoles, el jefe de Estado lanzó un paquete de medidas destinadas a limitar las aglomeraciones y el transporte, entre el 21 de diciembre y el 10 de enero. Además, tendrá cerradas sus fronteras entre el 21 de diciembre y el 10 de enero. Habrá excepciones solamente para uruguayos o residentes que hayan adquirido pasajes antes del 16 de diciembre.
El alcance de la disposición explica la preocupación de las autoridades: la Argentina, que adoptó políticas más severas que su vecino durante 2020, fue más flexible y organizó vuelos de repatriación cuando tuvo sus fronteras cerradas.
Este viernes se conoció otra decisión restrictiva: el gobierno pretende limitar el derecho de reunión durante 60 días, prorrogable por 30 más, según se desprende de un proyecto de ley enviado al Parlamento.
El gigante de la región, Brasil, también empezó a cerrarse frente al avance del COVID-19. Sin embargo, las decisiones no están centralizadas y dependen de los gobiernos locales. De hecho, el presidente Jair Bolsonaro ha sido uno de los líderes mundiales que reiteradamente le restó importancia al alcance de la pandemia. Las estadísticas no avalan el razonamiento: su país se encuentra tercero en el ránking mundial de contagios (7.110.434) y segundo en el de muertes (184.827). Sólo en el día de ayer, registró más de mil fallecimientos por COVID-19.
Algunos argentinos que aprovecharon la tregua de las últimas semanas para viajar vivieron en carne propia lo que sucede en el país carioca. Mientras veraneaban en la paradisíaca Buzios, fueron intimados por el municipio a dejar el lugar en virtud de una orden judicial que expuso el riesgo a que colapse el sistema sanitario.
Rio de Janeiro, con 17 millones de habitantes, es el estado con mayor tasa de muertes: 140 cada 100.000 habitantes, frente a 88 de todo el país o 97 de Sao Paulo, el estado más poblado.
Las autoridades suspendieron las celebraciones de fin de año en la playa de Copacabana y los desfiles de carnaval, a la espera de una vacuna que permita volver a celebrar estas fiestas caracterizadas precisamente por sus aglomeraciones.
Por lo pronto, la Corte Suprema autorizó a gobernadores y alcaldes a establecer como obligatoria la vacunación contra el coronavirus, a contramano de la inmunización “voluntaria” defendida por el presidente Bolsonaro.Colombia es otro país que en los últimos días acumuló noticias preocupantes por el avance del virus chino. Diciembre se convirtió en uno de los meses con las cifras más preocupantes desde que empezó la emergencia sanitaria por la pandemia de la covid-19, a principios de 2020.
Los casos de contagio, las muertes y la ocupación de camas en las UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) aumentan día por día en lo que va del mes, al punto de que varias regiones han anunciado alerta roja hospitalaria y nuevas medidas de distanciamiento.
Esta semana, ocurrió algo que no pasaba desde agosto, cuando se alertaba la llegada de un pico del virus en el país. El 16 de diciembre, se confirmaron 11.953 casos de coronavirus y se reportaron 204 muertes, que hacen que la cifra de fallecidos totales, como consecuencia del virus, sea de 39.560.
Bogotá es la ciudad con más casos de covid-19 en Colombia, de acuerdo a las últimas cifras del Ministerio de Salud, la capital acumula 414.581 casos, ubicándose encima de Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico y Santander.
El aumento de las cifras en este fin de año se le atribuye, en gran medida, a las aglomeraciones que se han venido presentando en las últimas semanas. En Bogotá, por ejemplo, llamaron la atención las fotos y videos de las personas que decidieron ir a hacer sus compras navideñas en la popular zona de comercio del centro, San Victorino. La evidencia mostraba que, el distanciamiento social, una de las formas más efectivas para evitar el contagio, no se estaba cumpliendo y, peor aún, había personas sin tapabocas o, con ellos, pero mal puestos.
Claudia López, alcaldesa de Bogotá, ordenó la suspensión, hasta el 15 de enero de 2021, de los procedimientos quirúrgicos de mediana o alta complejidad que no sean urgentes, así como los de complejidad intermedia que requieran hospitalización, para ayudar a despejar las salas de atención médicas que permitan atender a contagiados por el virus. Así mismo, la administración local se ciñó a las órdenes del Gobierno Nacional que, a través de una circular redactada por los ministerios de Salud y del Interior, aseguraban que era necesario restringir la venta y consumo de licor en zonas del país que tuvieran una disponibilidad de camas UCI menor al 30 por ciento.
México también sufre el rebrote. Luego de un período de reapertura de actividades, se encendieron las alertas por el aumento de los casos positivos y de las muertes.
José Luis Alomía Zegarra, director nacional de Epidemiología, dio a conocer que la proporción de las personas que han dado positivo a la prueba de COVID-19 se encuentra en aumento.
“Desde la semana 40 iniciamos con un ascenso importante, interesante porque en ese momento comenzó la temporada invernal en el país y la cual se extenderá hasta fines de marzo y mediados de abril. Vemos que el comportamiento y la tendencia a partir de esas fechas ha sido ascendente”, explicó el epidemiólogo.
Por ahora el gobierno se muestra reticente a imponer un confinamiento o nuevas medidas restrictivas y apunta a una campaña de comunicación intensiva que apela a la responsabilidad ciudadana. Hasta el próximo 20 de diciembre, se encontrará vigente el semáforo epidemiológico que establece que 2 estados (Baja California y Zacatecas) se encuentran en color rojo (máximo de riesgo), 24 en color naranja (riesgo alto), tres en amarillo (riesgo medio) y tres más en verde (bajo de riesgo).
Chile, el único con vacuna
Chile (581 mil contagios y 16 mil muertes) no escapa a la lógica de América Latina y registró un ascenso de casos. La diferencia con otras naciones de la región es la llegada de la vacuna. El presidente Sebastián Piñera anunció que la semana que viene comenzará la campaña de inmunización con la fórmula de Pfizer/BioNTech. La vacuna, que será gratuita y voluntaria, se le aplicará a los mayores de 16 años.
De no haber contratiempos, el país trasandino podría ser el primero en alcanzar la ansiedad inmunidad de rebaño, lo que le permitirá mantener abierta su economía durante el 2021.
¿Y la Argentina?
La Argentina parece estar llegando al final de una ventana durante los cuales los nuevos contagios estuvieron más controlados que durante otras etapas de la pandemia. Si bien el país es muy grande y cada región tiene sus particularidades, la mayoría de las provincias alcanzaron el mayor grado de apertura comercial desde que comenzó la pandemia.
Este viernes, el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, reconoció que se registró un leve ascenso de la cantidad de contagios. Luego de varias semanas, la Capital Federal volvió a superar el umbral de los 500 casos diarios.
Quirós instó a la ciudadanía a retomar las medidas de cuidado de cara a las fiestas de fin de año. Cada vez que tiene un micrófono a su alcance intenta evangelizar: es importantísimo que los encuentros se realicen al aire libre -donde disminuye sensiblemente el contagio-.
A la espera de la llegada de las primeras vacunas rusas y mientras se negocia con China y con los laboratorios, en el Ministerio de Salud de la Nación son realistas. Saben que el rebrote está a la vuelta de la esquina. “Sucedió en Europa, está sucediendo en los países que nos rodean, ¿por qué a nosotros no nos va a pasar?”, reflexionan.
Hay una cuestión que preocupa especialmente a las autoridades y es el desborde de los adolescentes. Aplica para el coronavirus, pero también para las enfermedades de transmisión sexual. Los jóvenes son reticentes a usar los barbijos y respetar el distanciamiento social. Las fiestas -cada vez menos clandestinas- se multiplican día tras día.
“No tienen miedo a enfermarse porque piensan que el covid es un resfrío leve, que no les va a hacer ni cosquillas, pero lo que no toman en cuenta es que ellos son vectores que pueden terminar contagiando a sus padres, a sus abuelos y a todos aquellos que los rodean”, resumen los especialistas. “La pandemia pinchó”, repiten. Pero la realidad es que la pandemia no sólo no pinchó, sino que seguirá vigente durante varios meses más.
El arribo de la vacuna es fundamental para proyectar qué sucederá en los próximos meses. Del porcentaje de personas vacunadas entre febrero y marzo, dependerá en gran medida el impacto de la pandemia y las medidas que se tomen en consecuencia. Hay un dato que aporta incertidumbre a las autoridades: la frágil economía argentina no está en condiciones de afrontar un nuevo cierre total de actividades.
El presidente Alberto Fernández anunció este viernes que la fase de distanciamiento social se extenderá hasta el 31 de enero, pero la realidad es que luego de las fiestas de fin de año se hará una nueva evaluación de cómo está la situación.
Si bien hay esperanzas de que el 17 de febrero se pueda iniciar el ciclo lectivo en forma presencial, hoy en el Ministerio de Educación se están preparando para un escenario similar al de 2020. “Si hay un rebrote, es muy difícil que podamos abrir las escuelas”, dicen. Una proyección optimista indica que los chicos volverían a las aulas recién a mediados de 2021.
Hay un dato que respalda esa estimación: esta mañana, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, dijo que esperan vacunar a 25 millones de personas antes de junio. La funcionaria se encuentra en Moscú liderando una comitiva de técnicos argentinos que deben verificar (y eventualmente aprobar) la Sputnik V para su utilización en el país.