El papa Francisco debió interrumpir su homilía por dificultades respiratorias
El papa Francisco presidió este domingo la misa con motivo del jubileo de las fuerzas armadas y tuvo que interrumpir la homilía por «dificultades en la respiración».
«Ahora me disculpo y pido al maestro que continúe la lectura por dificultad en la respiración», expresó el Sumo Pontífice, que fue respaldado con un aplauso de los presentes.
El Papa Francisco arrastra desde hace unos días una bronquitis que lo obligó a trasladar sus audiencias y actividades de esta semana a su residencia de Santa Marta.
Después de tres días de encierro, este domingo celebró la misa al aire libre, a la cual asistieron unos 30.000 soldados y policías de diversos países.
En su homilía, el Papa les pedía que «vigilen contra la tentación de cultivar un espíritu de guerra» para «no ser seducidos por el mito de la fuerza y el ruido de las armas» y «no contaminarse nunca por el veneno de la propaganda del odio, que divide el mundo en amigos a los que defender y enemigos a los que combatir».
«A ustedes se les confía una gran misión, que abarca múltiples dimensiones de la vida social y política, como la defensa de nuestros países, el compromiso por la seguridad, la custodia de la legalidad y la justicia, la presencia en las penitenciarías, la lucha contra la criminalidad y las diferentes formas de violencia que amenazan con alterar la paz social», dijo Francisco.
En esa línea, añadió: «Y recuerdo también a cuantos ofrecen su importante servicio en las catástrofes naturales, por el cuidado de la creación, por el rescate de las vidas en el mar, por los más frágiles, por la promoción de la paz».
Asimismo, los alentó a «tener una mirada atenta, que sepa captar las amenazas al bien común», así como a poner remedio a «los peligros que se ciernen sobre la vida de los ciudadanos», como «los riesgos ambientales, sociales y políticos a los que estamos expuestos».
Además, llamó a militares y policías a «estar siempre de parte de la legalidad y de parte de los más débiles» para «crear un mundo más humano, más justo y más fraterno, a pesar de las fuerzas contrarias del mal».