¿Qué se recuerda este Jueves Santo?
El inicio del fin de semana extra largo comienza con este día no laborable para una gran cantidad de ciudadanos. Otros, sin embargo, trabajan en forma normal.
El Jueves Santo es el quinto día de Semana Santa, que comienza el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Resurrección, marcando los eventos cruciales del sacrificio, la muerte y la resurrección de Jesús. Durante estas fechas, los creyentes conmemoran al Señor mediante rituales, oraciones y reflexiones.
Junto a esta celebración se abre el Triduo Pascual, el período que comienza en la tarde del Jueves Santo y finaliza con la celebración de la Vigilia Pascual, considerados como los días más importantes de esta celebración. Este 2024, conmemoramos la Última Cena este jueves 28 de marzo.
JUEVES SANTO: ¿CUÁL ES SU ORIGEN Y POR QUÉ SE CONMEMORA?
El Jueves Santo, también conocido como Jueves de Alianza, es el día de Semana Santa que se conmemora la Eucaristía, el lavatorio de pies y la oración en el huerto de Getsemaní.
La Biblia relata que durante esta fecha, Jesús realizó la Última Cena junto a sus doce apóstoles, donde se despidió y anunció que uno de ellos lo traicionaría.
Durante la cena, el hijo de Dios les lavó los pies a sus discípulos y les dio un nuevo mandamiento: «Que se amen unos a otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros», Juan 13:34. Para la Iglesia católica, este acto simboliza la humildad, la igualdad y la vocación de servicio que los fieles deben aplicar a su vida.
Sin embargo, el hecho más importante de la Última Cena es lo que la Iglesia denominó como la institución de la Eucaristía. Durante la comida, Jesús agarra el pan, lo parte y lo reparte entre todos los integrantes, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía».
Lo mismo hizo con la copa de vino, repitiendo: «Tomad y bebed todos de él, porque esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados».
Con esas palabras, Cristo da a entender que su sacrificio y su muerte son para la rendición de sus creyentes. Su discurso finaliza con la frase: «Haced esto en conmemoración mía», interpretada por la Iglesia como el Orden Sacerdotal.
Al finalizar la cena, Jesús se dirigió junto a los apóstoles Pedro, Juan y Santiago, al huerto de Getsemaní a orar. Mostrando su lado más humano, le consultó a su Padre si era posible que la cruxificación no se realizara.
«Por segunda vez, se retiró y oró: Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo, hágase tu voluntad. Cuando volvió, otra vez encontró a sus apóstoles dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. Así que los dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo», relata el Evangelio de Mateo 26:42-45.
Al aceptar su destino, se dirigió a sus discípulos y les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? Miren, se acerca la hora; el hijo del Hombre va a ser entregado en manos de pecadores». Al terminar su discurso, se acerca Judas a darle el beso que lo identificará frente a los sacerdotes, y lo llevarán a Poncio Pilato para ser sentenciado.