Sobreseyeron a la mujer policía que mató a un ladrón durante un asalto
Yanina Marotte había sido imputada por homicidio agravado y tenía una prohibición para salir del país, pero fue excarcelada el 7 de marzo.
Yanina Marotte, la policía federal que mató a uno de los ladrones que la asaltaron mientras esperaba el colectivo en La Matanza, fue sobreseída el jueves. El Juzgado N°15, secretaría 146, donde se investigaba la causa, dictó «falta de mérito para procesar» a la oficial.
Marotte había sido imputada por homicidio agravado y tenía una prohibición para salir del país, pero fue excarcelada el jueves 7 de marzo.
QUÉ OCURRIÓ
Yanina Marotte, de 33 años, relató el momento angustiante que sufrió cuando esperaba el colectivo para ir a trabajar. La agente, madre soltera de una nena de 11 años, detalló cómo el recuerdo de un incidente previo la llevó a sentir pánico.
«Me tomé el tren a las 5.30 de la mañana y me bajé en la estación Madero. Fui hasta el kiosco a comprar un alfajor y después de pagar alguien me agarró de atrás por el cuello. Vi el arma y sentí los golpes en la cabeza. Yo hace 9 años pasé una situación similar, donde estaba con mi hija y nos gatillaron en la cabeza, pero la bala no salió», contó Marotte.
«Se me vino la imagen de mi nena en la cabeza. Yo me levanto todos los días para darle lo mejor a ella», agregó.
La oficial describió cómo fue abordada por dos hombres armados: «No sé en qué momento me logran tirar al piso y aparece un segundo masculino que me empezó a tocar toda. Yo tenía miedo porque en la cintura tenía mi arma, pero cuando me levantó la remera se dio cuenta y empezó a gritar «tiene un arma. Había muchos gritos alrededor, yo me sentía mareada, confundida por los golpes».
En un intento desesperado por protegerse, Marotte forcejeó con los agresores. Según su relato, cuando logró levantarse vio que el delincuente la estaba apuntando con un arma. Según ella, estaba acorralada y desorientada, por lo que se vio obligada a disparar en defensa propia.
«Escucho que uno grita «matala, matala, matala´. Cuando me levanto, a la par también se levanta él y veo su arma en dirección hacia mí. No me quedó otra alternativa que disparar, porque sentía miedo. Era él o yo», declaró.
Sin embargo, su angustia se centraba en el temor de no volver a ver a su hija. «En todo momento se me vino mi nena en la cabeza», confesó la oficial. Pese al desenlace fatal, Marotte insistió en que su acción no fue premeditada: «No es mi idea ir a matar a alguien. Yo no quería, nunca tuve intención de matar».