Todo el aparato productivo chaqueño golpeado por la sequía
SAENZ PEÑA (Agencia). La ganadería, la agricultura, la horticultura y la apicultura, entre otras actividades primarias productivas, se ven seriamente afectadas por las condiciones adversas del clima que llevan casi tres años y medio sin lluvias de importancia en la región.
Pese a los chaparrones que se esperan para mañana, las condiciones generales ponen en jaque a todo el aparato productivo chaqueño.
Los lotes de maíz y de girasol, de norte a sur en la provincia, están complicados, mientras se esperan las lluvias para la siembra de algodón, para lo cual se puso en marcha un nuevo esquema de asistencia por parte del gobierno para los pequeños y medianos productores agrícolas, subsidiando el 70% del valor de la bolsa de la semilla y el 30 % restante lo tendrá que pagar el productor previo a retirar la semilla.
Por estos días se continúa con la trilla del trigo, que viene dando resultados bajos en cuanto a rindes.
CALORES INTENSOS
La intendenta de Pampa del Infierno, Glenda Seifert, que además es productora ganadera y forestal, y que por esta razón recorre gran parte de su zona, confirmó que criadores de aves del departamento Almirante Brown, provincia del Chaco, sufrieron la muerte de gallinas ponedoras en sus pequeñas instalaciones, como consecuencia del intenso calor que se desató en la jornada del lunes 16.
«Hay productores que sufrieron la muerte de hasta 50 gallinas, y otros que nos dicen que otras aves y animales de corral también murieron», añadió la mandataria, quien además contó que se pudo ver en diferentes puntos de su departamento cuya localidad es cabecera, focos de incendio que eran combatidos hasta pasadas las 18 del ultimo lunes.
LOS APICULTORES
En tanto la sequía afecta a los apicultores locales, y en ese tren también se suma la limitada disponibilidad de recursos repercute en las ventas y si antes lograban comercializar un promedio de diez envases de un kilogramo, «hoy se venden entre tres o cuatro, pero de medio o cuarto kilo». La venta fraccionada ronda los dos mil pesos el kilogramo «y el que antes compraba el pote de mil gramos hoy compra mucho menos porque no tiene dinero, la plata no le alcanza».
La poca comercialización también impacta en el productor que «no puede vivir de la apicultura». «De cualquier lado hay que buscar cómo sostenerse, haciendo alguna changa o buscando otra actividad porque hoy la apicultura no nos permite mantener nuestras familias», coinciden los colmeneros locales.
La ganadería chaqueña jaqueada por la incertidumbre y la sequía
SÁENZ PEÑA (Agencia) – La ganadería chaqueña, al igual que en el resto del país, sigue atravesando una situación complicada potenciada en la provincia por el cuarto año de sequía, las cotizaciones retrasadas y «la incertidumbre que generan la peor crisis de los últimos años».
La suba en la cotización de la ganadería a finales de julio y los primeros días de agosto fue solamente «un momento» ya que luego el precio «se planchó». El incremento que registró el ganado el productor lo necesitaba, «pero todavía no alcanza porque los valores en ganadería no acompaña el nivel de inflación».
El precio al mostrador es elevado para la mesa de los argentinos que tratan de mantener, «de alguna forma», la carne en sus dietas. El poder adquisitivo que tampoco acompaña a los porcentajes de inflación provocaron una disminución en los números de la faena que está un diez por ciento por debajo del año pasado.
«El consumo tuvo una baja importante en los primeros días de agosto que fue cuando nos asustamos porque en una semana disminuyó entre un veinte y veinticinco por cuento la faena», cronica Carrara. «Después se fue acomodando y en septiembre estuvimos un diez por ciento por debajo de los estándares que veníamos esperando los frigoríficos que tenemos una capacidad ociosa de hace muchos años», comenta el dirigente de la industria cárnica.
VENDER O NO VENDER
La retracción también tiene el adicional de que el productor no tiene claro si vender o no. «Los ganaderos están alertas, sobre todo en estos periodos de incertidumbre, sin saber qué hacer, si vender o no, porque además no llueve y los campos están pelados», refiere Eduardo Carrara, presidente de la Cámara de Frigoríficos del Chaco. El otro tema es que «si venden no pueden reponer». Y, según lo entienden desde el sector, «el sector productivo, sobre todo el ganadero, está atravesando la peor crisis en los últimos años»,
«Lo cierto es que hoy la gente no está queriendo vender porque estamos a días de las elecciones, sin saber qué pasará a partir del 23 de octubre», indica Eduardo Carrara. «La incertidumbre y la seca plantean un panorama complicado y se faena lo que se consigue», remarca.
VIVIR AL DÍA
En un contexto crítico para el ciudadano en general, la incógnita de los precios y el consumo se potencia ya que ni siquiera las expectativas de repunte de consumo y alza en los valores para el productor en período de fiestas son ciertas «porque la gente todavía no piensa en fin de año». «No estamos sabiendo cómo vamos a llegar y la verdad es que nosotros siempre, para esta época, ya empezábamos a ver qué acuerdos hacíamos para la mesa el fin de año», reconoce Carrara. «Lo cierto es que no sabemos todavía qué va a pasar mañana», afirma,
«Nos tiene preocupado el hoy y la verdad es que los carniceros no están pensando en fin de años, sino que están pensando cómo llegarán al 30 de octubre», insiste el presidente de la cámara proveedora de las carnicerías. En muchos segmentos se está viviendo el día a día en un ambiente muy dinámico provocado por la incertidumbre de que todos los días aumentan los precios.
«Nunca estuvimos tan desorientados como ahora y ojalá pase rápido todo porque los que estamos en el rubro productivo lo único que sabemos es trabajar y necesitamos de políticas para que podamos seguir haciendo lo que sabemos hacer», analiza. «El productor no sabe especular, el productor sabe trabajar y la verdad que trabajar en un contexto especulativo como el que atravesamos actualmente es sumamente difícil», destaca finalmente el empresario cárnico y también productor ganadero.