28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes
En cada celebración de la Navidad renovamos el anhelo profundo de cuidar la vida, de ayudarla a nacer y crecer.
En esta fiesta de los Santos Inocentes la Iglesia vuelve a implorar al cielo por los niños y niñas que son perseguidos y a los cuales se les quita de tantas formas el don de la vida.
Para que el niño Jesús que acaba de nacer en Belén custodie la vida de los bebés, de aquellos que sufren la injusticia de la guerra y como dice el Papa Francisco, pierden la capacidad de sonreír. Además no apartar nunca la mirada sobre los niños y niñas que viven en la pobreza, que son explotados laboral y sexualmente.
Que los Santos Mártires Inocentes protejan el alma de quienes viven en el santuario materno, e intercedan por nosotros, para que con coraje y valentía cuidemos y velemos por toda vida de que exista en nuestra Patria.