Conmoción en Japón: asesinaron de un disparo al ex primer ministro Shinzo Abe
El ex primer ministro japonés Shinzo Abe fue baleado este viernes en la ciudad de Nara (Japón), mientras daba un discurso en la calle, en el marco de un acto electoral.
El actual miembro de la Cámara de Representantes -equivalente de la Cámara baja- de Japón fue trasladado a un hospital, con un impacto de bala a la altura del pecho. De acuerdo con testigos del ataque, no respondía a las maniobras de reanimación. La información fue corroborada por la TV de ese país. El canal NHK asegura que Abe «no presentaba signos vitales». En las últimas horas se confirmó que el político de 67 años murió.
Cómo fue el ataque
Abe participaba de un acto político en el oeste del país, en la ciudad de Nara, en la recta final de la campaña electoral. Japón debería elegir sus próximos legisladores el 10 de julio. Durante su discurso, fue baleado por la espalda.
Según se reconstruye en las primeras versiones del magnicidio, hubo dos disparos, alrededor de las 11.30. El único herido fue Abe.
Una fuente del Partido Liberal Democrático (PLD), a cargo del gobierno de Japón, confirmó que el dirigente cayó inmediatamente al piso y sangraba.
El Gobierno informó que un joven fue detenido en el lugar y que llevaba un arma aparentemente artesanal. La señal ‘NHK’ y la agencia de noticias ‘Kyodo’ mostraron imágenes de la detención y de la caída del objeto con el que habría disparado al ex premier.
Shinzo Abe tenía 67 años y fue el primer ministro japonés que más tiempo se mantuvo en el cargo. Gobernó el país en 2006 durante un año, y después de 2012 a 2020, cuando se retiró por motivos de salud.
Preocupación internacional
El ataque a Shinzo Abe tiene dos antecedentes. Uno, el 14 julio de 1960: un joven de ultraderecha apuñaló al entonces primer ministro Nobusuke Kishi, abuelo materno de Abe. El dirigente sobrevivió a las heridas. Tres meses más tarde, el 12 de octubre de 1960, el líder del Partido Socialista de Japón, Inejirō Asanuma, fue apuñalado por un militante nacionalista. Su crimen fue visto en todo el país: murió ante las cámaras, durante un debate televisado en directo.
El primer país en reaccionar al magnicidio fue Estados Unidos. El embajador estadounidense en Japón, Rahm Emanuel, se mostró «triste y conmocionado» por el ataque.
«Abe ha sido un destacado líder de Japón y un aliado inquebrantable de Estados Unidos», expresó Emanuel en un comunicado. «El Gobierno de EE. UU. y el pueblo estadounidense están orando por el bienestar de Abe, su familia y el pueblo de Japón», agregó la nota emitida por el diplomático estadounidense.