La contaminación ambiental causa al menos 9 millones de muertes por año, el doble que el coronavirus
Además, una de cada seis muertes está relacionada con enfermedades causadas por la contaminación, cifra que triplica la suma de las muertes por sida, malaria y tuberculosis, y multiplica por 15 las muertes ocasionadas por las guerras, los asesinatos y otras formas de violencia.
En su último informe del 12 de enero denominado «Derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible: el medio ambiente no tóxico» el Relator Especial sobre la cuestión de las obligaciones de derechos humanos relacionadas con el disfrute de un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible, David Boyd, sostuvo que la producción de sustancias químicas se duplicó entre 2000 y 2017.
Y advirtió que se espera que se duplique para 2030 y se triplique para 2050, produciéndose la mayor parte del crecimiento en los países no miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
«Mientras la emergencia climática, la crisis mundial de la biodiversidad y la Covid-19 acaparan los titulares, la devastación que la contaminación causa en la salud, los derechos humanos y la integridad de los ecosistemas, sigue sin suscitar apenas atención», afirmó Boyd.
El funcionario alertó que «la contaminación y las sustancias tóxicas causan al menos nueve millones de muertes prematuras, el doble del número de las causadas por la pandemia en sus primeros 18 meses».
Entre los motivos de preocupación recientes figuran las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, los alteradores endocrinos, los microplásticos, los plaguicidas neonicotinoides, los residuos farmacéuticos y las nanopartículas, entre otras.
Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas se las conoce como «sustancias químicas eternas» debido a su persistencia en el medio ambiente.
En la Unión Europea (UE), los costos relacionados con la salud que se derivan de las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas oscilan entre los 52.000 y los 84.000 millones de euros anuales, mientras que los costos de tratamiento y recuperación del suelo y las aguas contaminadas van de los 10.000 a los 170.000 millones de euros.
La industria química agudiza la emergencia climática al consumir más del 10% de los combustibles fósiles producidos en el mundo y emitir unos 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero por año.
De acuerdo al estudio, los países de ingreso bajo y mediano son los más afectados por las enfermedades relacionadas con la contaminación, pues allí suceden casi el 92% de las muertes por esta causa.
Además, más de 750.000 trabajadores mueren anualmente debido a la exposición a sustancias tóxicas en el entorno laboral, entre ellas el amianto y el arsénico, entre otros elementos.
Los sitios contaminados suelen encontrarse en comunidades desfavorecidas y se calcula que en Europa hay 2,8 millones de sitios contaminados, mientras que en los Estados Unidos se delimitaron más de 1.000 sitios nacionales de saneamiento prioritario.
«Algunas comunidades son objeto de injusticias ambientales consistentes en un grado de exposición tan extremo a la contaminación en sus lugares de residencia que estos se denominaron zonas de sacrificio», dijo el experto en derechos humanos.
Explicó que «la frase se originó en la época de la Guerra Fría, cuando designaba las zonas que quedaban inhabitables debido a los experimentos nucleares de los Estados Unidos, la Unión Soviética, Francia y el Reino Unido e Irlanda del Norte, los cuales provocaban niveles de radiación elevados y persistentes».
Por último, desde la ONU informaron que este informe será presentado en el Consejo de Derechos Humanos.
Fuente: Télam